Queridos hermanos:
Recientemente regresamos de nuestro último Programa de Liderazgo Internacional (PLI) en Elmina, Ghana. Ésta era la quinta conferencia de nuestra serie. Hasta el momento hemos llevado a cabo estas reuniones en Ciudad de Guatemala, Guatemala; Monterrey, México; Santiago, Chile; Manila, Filipinas; y ahora Elmina, Ghana.
Hay cinco conferencias más planeadas para este año, con lo cual completaremos un total de 10. Las próximas cinco serán: en Auckland, Nueva Zelanda, para la región del Pacífico del sur, más tarde en este mes (febrero); Kigali, Ruanda, en junio de este año para el África de habla francesa y Kenia; Johannesburgo, Sudáfrica en julio, para la parte sur de África; Londres, Inglaterra en agosto, para el Reino Unido y Europa; y Montego Bay, Jamaica en agosto, para el Caribe.
Tenemos una gran necesidad de líderes en todas las congregaciones, incluyendo a varias en los Estados Unidos. Pero sin una universidad o lugar central para la educación y el aprendizaje, nuestras necesidades en el área internacional han aumentado hasta llegar al punto de crisis. Sabemos que el liderazgo ministerial saldrá de los miembros de la Iglesia, pero en muchas áreas fuera de Estados Unidos, los miembros son relativamente nuevos en la verdad. Por lo tanto, es verdaderamente crucial enseñar las doctrinas básicas.
En el sábado durante la conferencia en Ghana, tuvimos servicios para 289 de los miembros locales. Tenemos una asistencia de más de 700 personas en el país de Ghana, y contamos con cuatro pastores de tiempo completo. Aquellos que asisten a Ghana, como muchos otros en otros lugares, provienen de diferentes creencias religiosas. Algunos vienen de los pentecostales del séptimo día; la mayoría proviene de la Iglesia de Dios (del séptimo día); y hay algunos que provienen de un movimiento protestante que guarda el domingo.
Hemos estado trabajando con los pastores en Ghana aproximadamente durante 20 años. Cuando comenzamos, no estaban guardando los días santos, y su formato de servicios era distinto del que enseñamos en la Iglesia de Dios. En los últimos 20 años, hemos visto un gran crecimiento. Uno de los principales problemas que tenemos es la falta de ancianos locales para servir en las congregaciones de Ghana. En la mayoría de las congregaciones en Estados Unidos tenemos ancianos locales disponibles para dirigir los servicios si el pastor está en otra congregación, pero este no es el caso en muchas áreas fuera de Estados Unidos y tampoco en Ghana.
En mi sermón del sábado, hablé del tema de la unidad. Hice referencia a un proverbio africano que descubrí por primera vez cuando veía la película “The Good Lie”, que trata de un grupo de niños refugiados que se logra escapar del genocidio que se está llevando a cabo en la región de Darfur en Sudán. El refrán dice algo así como: “Si usted quiere correr, vaya sólo; si usted quiere llegar lejos, vayamos juntos”. El proverbio señala la importancia de que las personas trabajen juntas.
Utilicé principalmente dos escrituras: Salmo 133:1: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!”. Y Hechos 4:32, que describe la Iglesia del Nuevo Testamento poco después de Pentecostés: “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común”.
La importancia de trabajar juntos por una causa común no puede ser sobrestimada. Está ausente en nuestro mundo actual. Esto no es nuevo. En diciembre de 2012, escribí lo siguiente en mi carta a ustedes:
Con frecuencia se habla de unidad en estos días, pero es muy escaso verla en cualquier nivel de la sociedad. Aquí en los Estados Unidos durante las recientes elecciones, al más alto nivel de nuestro gobierno, el presidente fue acusado de dividir la nación y crear lo que se llama guerra de clases. Uno puede debatir cuál fue el papel que jugó el presidente Obama en la división, comparado con otros oficiales del gobierno y partidos políticos, pero no hay dudas de que nuestra nación está dividida.
¡Es como si hubiera escrito este párrafo la semana pasada! Si usted substituye presidente Obama por presidente Trump, sería una descripción muy acertada de lo que pasa hoy, sólo que las cosas están peor. Se requiere de un esfuerzo concertado para trabajar juntos y evitar la división que todos vemos a nuestro alrededor. Satanás está muy activo. En Juan 8:44, Cristo le adjudica a Satanás la confusión y la división de este mundo. “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”.
La visita a Ghana me recordó que el continente de África es particularmente susceptible a la violencia y a los problemas del gobierno. Virtualmente en toda elección se presentan marchas y revueltas. Se dice que es muy escaso que los líderes africanos dejen el gobierno de una forma pacífica. El genocidio de 1994 en Ruanda y el genocidio actual en la región de Darfur de Sudán, demuestran el nivel extremo de violencia al que ha llegado este continente. Hay pocos gobiernos estables y la situación económica de las personas en muchas naciones algunas veces es causa de inanición y mala nutrición. Por supuesto, África no es la única. La violencia, la división, el odio y los disturbios se están experimentando en todos los continentes.
Aunque Ghana pareciera estar mejor que muchas naciones, todavía tiene sus desafíos. Es una de las naciones más ricas en el mundo cuando se trata de recursos naturales —oro, diamantes, y un suelo muy rico. Entonces, ¿cuál es el problema? No podemos simplificar demasiado la situación identificando “el” problema, ya que hay varios que hay que enfrentar. En muchos casos, sin embargo, todo se reduce al liderazgo. Si hubiera líderes amorosos y comprometidos que trabajaran juntos por el bien del país en lugar de hacerlo por sus intereses egoístas, se pudieran resolver muchas cosas en cada país.
La raíz de los problemas del mundo es la misma contra la cual luchamos: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).
Para poder predicar de una forma efectiva el evangelio al mundo y cuidar a aquellos que Dios llame, ¡debemos estar unificados en un propósito común y siempre luchar contra el enemigo común!
Cordialmente, su hermano en Cristo,