Queridos hermanos:
¡Finalmente, estamos en el nuevo edificio! La fecha original para el traslado era el lunes 25 de febrero, pero por ciertas dificultades que se presentaron a último momento y la incapacidad para programar la visita de los inspectores de la ciudad antes de esa fecha, tuvimos que posponer el traslado. Descansamos cuando los que nos iban a ayudar con el trasladado pudieron reacomodar su tiempo y llevar los muebles el miércoles 27 de febrero. A las 8 de la mañana llegaron los trabajadores con varios camiones, y al finalizar el día habían logrado sacar todo lo que había en las oficinas del primer piso y los salones de clase del Instituto de la Fundación en el segundo piso. Luego el jueves, se llevaron lo que había en el espacio para almacenamiento que teníamos alquilado; allá teníamos toda nuestra literatura y el equipo audiovisual para la fiesta.
Finalmente, el viernes 1 de marzo, ¡estábamos funcionando en la nueva oficina! La mayor parte del día estuvimos desempacando las cosas de las oficinas, pero los teléfonos funcionaban y más importante aún, ¡el internet también! Jerry Rehor y su esposa Tami, trabajaron incansablemente con antelación para asegurarse de que tuviéramos internet desde el primer día. William Beech, quien trabaja para el Departamento de Medios, invirtió muchas, muchas horas hablando por teléfono con los vendedores, coordinando lo que resultó ser un traslado más complicado de lo que nos imaginamos. Luego, por supuesto, estuvimos los demás —los empleados de la oficina. Quedé profundamente impresionado con la forma en que todos trabajaron para hacer de este traslado lo menos traumático posible. ¡Logramos trasladar todas nuestras pertenencias desde Allen hasta McKinney y volvimos a abrir en aproximadamente 48 horas!
Creo que ustedes se darán cuenta de que la oficina central es increíblemente funcional y a la vez bonita. Ésta era nuestra meta desde el principio —construir algo que nos sirviera como oficina por muchos años pero que a su vez fuera atractivo. Estoy muy contento con el resultado final. Todavía faltan ciertas cosas para terminar el edificio como queremos, pero son cosas pequeñas en comparación con lo que se ha logrado.
Estamos planeando hacer una dedicación formal con los ministros y esposas de todo el mundo cuando vengan para asistir a la Conferencia Ministerial Internacional en el hotel Sheraton, cerca de la oficina. El domingo 19 de mayo, a las 5 p.m. la llevaremos a cabo. Con 250 ministros y esposas en la ciudad para la conferencia, anticipamos una asistencia de más de 300 personas. En verdad no hay espacio dentro del edificio, pero estamos planeando hacer la ceremonia en el césped, en la parte de atrás del edificio. Creemos que ésta es una ocasión muy importante en nuestra historia y queremos compartirla con todos. Entendemos que la mayoría de ustedes no puede venir, por eso planeamos grabar la ceremonia de la dedicación para que todas las congregaciones la pueden ver lo más pronto posible después del 19 de mayo.
El tema que hemos escogido para la próxima Conferencia Ministerial lo hemos tomado de Salmos 127:1: “Si el Eterno no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Eterno no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”. El tema será las primeras seis palabras de este salmo: “Si el Eterno no edificare la casa”.
No hemos pasado por alto a ninguno de los que han trabajado en este proyecto de construcción en el que Dios ha estado involucrado. Desde la ubicación y compra de la propiedad hasta la terminación de la construcción hemos visto numerosas intervenciones que distan mucho de ser coincidencias. También puedo informar que hemos terminado la construcción y al mismo tiempo se ha incrementado nuestra reserva de efectivo. No creo que esto haya pasado nunca en ningún otro proyecto de construcción en el que yo haya participado. No estoy diciendo que no hubiera gastos extras. ¡Si los hubo! Los requisitos de la ciudad (la ruta para bicicletas a ninguna parte, el muro de retención de último minuto y el drenaje subterráneo, para nombrar unos cuantos), agregaron aproximadamente $250.000 dólares al costo estimado inicial del edificio, además de los fondos adicionales que agregamos al plan original. Para evitar que subiera la hipoteca pagamos estas cosas del fondo de construcción y nuestras reservas en efectivo. Lo increíble es que nuestras reservas en efectivo aumentaron en el 2018 —esto es, teníamos más dinero en el banco el 1 de enero de 2019 del que teníamos el 1 de enero de 2018. Me sorprende que fuéramos capaces de construir la nueva oficina e iniciáramos el programa más ambicioso de desarrollo de liderazgo en nuestra historia, en el mismo año. Por supuesto, ¡creemos que Dios fue quien lo hizo todo posible!
Quisiera agradecerles por sus oraciones y respaldo el año pasado. No quiero darlos por sentado nunca. Ha sido un año milagroso para la Iglesia. Creo que Dios escuchó nuestras oraciones y nos proveyó. No esperaba que las cosas sucedieran como sucedieron. La Biblia es clara al decir que, si nosotros estamos sirviendo a Dios, predicando el evangelio y cuidando a los miembros, sufriremos pruebas y persecuciones. No se trata de si tendremos pruebas, sino la forma en que vamos a reaccionar ante ellas (Santiago 1:2-4), eso es lo importante. Como Pedro nos dice, es por medio de las pruebas que obtendremos “el fin de vuestra [nuestra] fe —la salvación de vuestras [nuestras] almas” (1 Pedro 1:6-9).
Habrá días difíciles a medida que el mundo cae más profundamente en el abismo de la confusión, división y animadversión. Estas tendencias en el mundo no le hacen bien a la humanidad ni a la Iglesia y a los miembros. Por supuesto, nuestra labor es permanecer fieles tanto en los buenos como en los malos días.
Con la Pascua acercándose, debemos reflexionar y pensar seriamente acerca de nuestro cristianismo. No se trata de construcciones o dinero, sino de la muerte y resurrección de nuestro Salvador, Jesucristo. Como un cuerpo, tenemos el privilegio de asistir una vez al año a una ceremonia especial que conmemora su muerte —la Pascua— en la noche del día 14 del primer mes. No es demasiado pronto para comenzar el proceso de autoexamen tal como lo menciona el apóstol Pablo en 1 de Corintios 11.
Nuevamente, les agradezco por su generosidad y sus oraciones por el proyecto de construcción. Y si llegan a venir a Dallas y tienen un momento, vengan a visitarnos.
Cordialmente, su hermano en Cristo,