Esta carta está disponible en audio. Puedes escucharla a continuación o leerla más abajo.
Queridos hermanos,
Estoy seguro que la mayoría son como yo y todavía tienen fresco el recuerdo de la fiesta de Tabernáculos. Mi esposa y yo estamos tratando de asimilar lo que ha pasado en las últimas dos semanas. Sharron y yo salimos de Dallas para St. Petersburg, Florida, el 15 de septiembre, el día antes de Expiación y acabamos de regresar a casa el viernes 1 de octubre. Éste ha sido el viaje más largo que hemos hecho en casi dos años, y se convirtió casi en una expedición. Viajamos en nueve aviones a través de seis aeropuertos en dos naciones, y visitamos tres sitios de fiesta: Fort Myers, Florida; Tucson, Arizona y Costa del Sol, El Salvador.
Cuando pienso acerca de la fiesta de este año, nuevamente me estremece su importancia y el papel que Dios nos ha permitido desempeñar al repasar su plan un año más. No quiero dar esto por sentado nunca. El mandamiento original acerca de las fiestas lo encontramos en Levítico 23:1-2: “Habló el Eterno a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes del Eterno, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas”. No se nos debe olvidar que estas fiestas no nos pertenecen a nosotros —ni a los judíos o a los israelitas. Estas le pertenecen a Dios como se establece al comienzo y al final del capítulo: “Así habló Moisés a los hijos de Israel sobre las fiestas solemnes del Eterno” (Levítico 23:44).
En este mismo capítulo se dedican más versículos a la fiesta de Tabernáculos que a cualquier otra de las fiestas. Hay más instrucciones para la fiesta en Deuteronomio 14, en donde se nos dice que debemos ir al lugar que Dios ha escogido para poner su nombre. “Y comerás delante del Eterno tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre… entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que el Eterno tu Dios escogiere… y comerás allí delante del Eterno tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia” (Deuteronomio 14:23, 25-26).
Estos versículos nos dicen mucho acerca de la fiesta de Tabernáculos y del Octavo Día, el Último Gran Día. Vemos que Dios es el dueño de todos estos festivales y nada nos dice que Él haya renunciado a su derecho. Nuestra asistencia a la fiesta de Tabernáculos es porque Él nos ha hecho una invitación especial para venir a adorarlo durante en este momento especial. Se nos ordena ir a la fiesta y estando allí regocijarnos. Éstos son elementos importantes de la fiesta que la hacen el evento más especial del año.
En la era moderna de la Iglesia no fue sino hasta 1945 que se tomó la decisión de que deberíamos dejar nuestros hogares e ir a otro lugar para celebrar la fiesta de Tabernáculos y así vivir en moradas temporales. Antes de 1945 en la Iglesia de Dios de la Radio, la fiesta se celebraba localmente con servicios únicamente en los días santos. Pero la instrucción de Deuteronomio 14 de ir al lugar donde Dios ha puesto su nombre es muy específica, y desde 1945 ésta ha sido la enseñanza de la Iglesia.
Al tener que enfrentar la pandemia del COVID-19 por segundo año consecutivo se volvió aún más importante para nosotros reunirnos en sitios seleccionados. En algunos lugares del mundo estaba prohibido cualquier reunión excepto para grupos muy pequeños. Esto fue muy triste para los hermanos de estas áreas. En los Estados Unidos tuvimos doce sitios (incluyendo tres sitios satélites), y más de cuarenta alrededor del mundo. Todavía estamos completando el informe con todas las cifras de asistencia que pensamos publicar en el próximo número de De Común Acuerdo.
Quisiera agradecerles a todos por haber hecho posible esta maravillosa fiesta de Tabernáculos con unas actitudes tan positivas y la apreciación evidente de la oportunidad de estar juntos. Esto fue muy tangible en El Salvador donde celebramos nuestra primera fiesta en casi treinta años. Normalmente los hermanos de El Salvador viajan a Guatemala, pero este año debido a las restricciones del COVID no era posible que se reuniera un grupo grande en este país. Antes de la fiesta los miembros en El Salvador preguntaron que si podían organizar su propio sitio de fiesta este año y nosotros dijimos que sí. Alquilamos un maravilloso hotel en la zona de Costa del Sol. Todo el hotel estaba lleno de hermanos. Sharron y yo estuvimos tres maravillosos días con 89 miembros de diferentes partes de Latinoamérica. Regresamos a casa inspirados con todos los miembros, pero especialmente con los del El Salvador.
Por supuesto, este año tuvimos que enfrentarnos de nuevo con el virus del COVID-19 durante y después de la fiesta. Hemos hecho una encuesta con todos los coordinadores de la fiesta y les hemos pedido información acerca de los casos conocidos que se hayan detectado durante la fiesta o poco después. Hasta el momento tenemos noticia de doce sitios de los Estados Unidos, ocho no reportan de casos o sólo unos pocos, la mayoría surgieron después de la fiesta. Dos sitios informaron varios casos que aparecieron después de la fiesta y sólo unos pocos durante ella. Sólo dos sitios informaron cifras más grandes —Rapid City y Lancaster. Rapid City es la que presenta más casos, muy pocos ocurrieron durante la fiesta, la mayoría fueron de personas que dieron COVID positivo después de regresar de la fiesta. Una prueba positiva no nos dice el nivel de enfermedad exactamente ya que algunos tienen síntomas muy ligeros y otros síntomas más graves. He tenido noticia de la mayoría de los sitios internacionales y estoy muy contento de informar que hasta el momento no se han reportado casos del virus ni durante la fiesta ni después.
Si bien no es grato saber que hubo varios casos en la ciudad de Rapid City sigo escuchando comentarios de que fue un maravilloso sitio de fiesta y que los mensajes fueron excelentes. Por favor continúen orando por aquellos que han contraído el virus, pidiéndole a Dios su intervención y sanidad. A pesar del COVID, creo que esta temporada de fiestas fue extraordinaria, con gran gozo y muchos sermones edificantes. En los tres lugares donde asistimos Sharron y yo me di cuenta que los miembros estaban muy enfocados en los sermones y muy entusiasmados por estar reunidos. Si bien es fácil enfocarse en el COVID quisiera recordarles a todos que hay muchos miembros que están enfrentando duras pruebas que no tienen nada que ver con el virus. Cuando viajábamos para la fiesta nos enteramos de la muerte de un querido amigo que falleció súbitamente en New England, lo sobreviven su esposa y dos hijas. Ellos se estaban preparando para viajar a la fiesta cuando esto ocurrió. Durante la fiesta en Hawái un miembro de vieja data murió súbitamente de un ataque al corazón cuando estaba en un paseo por la playa con su familia. Por favor recuerden en sus oraciones a estas dos familias.
La fiesta ha terminado y es tiempo de regresar a trabajar. Hemos comenzado a planear para la fiesta de Tabernáculos 2022. Tenemos mucho que hacer en la oficina porque estamos procesando las ofrendas de los días santos de este año y haciendo planes para continuar predicando el evangelio y cuidar de nuestros miembros. Un punto muy importante de la agenda es el reinicio del Programa Internacional de Liderazgo. Esperamos hacerlo el próximo año. La Junta Ministerial de Directores se reunirá en la oficina en la primera semana de diciembre para finalizar nuestro presupuesto y hacer los planes para el año fiscal para el año 2022. Estoy muy entusiasmado con la obra que Dios nos ha permitido llevar a cabo y la posibilidad de avanzar en ella, con su ayuda.
Cordialmente, su hermano en Cristo,