Queridos hermanos:
En un período de menos de 12 meses, perdimos inesperadamente a tres pastores que murieron —Todd Carey, Manuel Quijano y Norman Julag-ay. Los tres representaban lo mejor del liderazgo cristiano. Si bien a todos nos es familiar la escritura que dice que al hombre se le han concedido 70 años (Salmos 90:10), y con posibilidad de más, ninguno de estos tres hombres alcanzó esa edad. Por supuesto el punto del versículo en el Salmo 90 es que aunque alcancemos esta edad, la vida es aún fugaz.
Durante nuestra reciente conferencia en Santiago, Chile, me acordé de estos tres pastores y cuán difícil ha sido reemplazarlos. Nos sentimos muy bendecidos por tener un buen ministro en Perú que pudo asumir la responsabilidad de pastor. Pero en la actualidad no tenemos a nadie en Filipinas que pueda asumir el papel de pastor del Sr Julag-ay y en el caso del señor Carey, le hemos pedido a los pastores vecinos en el área, que asuman responsabilidades adicionales.
Todavía tenemos varias necesidades en los Estados Unidos, pero la necesidad de liderazgo en el área internacional está llegando a un punto crítico. Nuestra asistencia a la Iglesia está dividida en partes iguales entre Estados Unidos y las áreas fuera de Estados Unidos; pero tenemos un gran déficit de ministros fuera de los Estados Unidos. Aproximadamente 75 % de los ministros vive en los Estados Unidos, en tanto que sólo 25 % vive fuera de ahí. Esto crea situaciones en las que no tenemos un pastor o ministro local en muchas congregaciones. De hecho, en algunos casos no tenemos un pastor residente en toda una nación, aunque si tenemos congregaciones. Deseamos enormemente que cada congregación tenga su propio pastor local y cuando sea posible, ministros (Tito 1:5).
Cada uno de esos tres pastores que murieron el año pasado era humilde, sacrificado y muy dedicado. Cuando hubo la crisis de la Iglesia en 1995, ellos se mantuvieron firmes y sólidos, rehusándose a transigir con la ley de Dios. Luego en el 2010 cada uno entendió los temas y los retos del momento, y fue un instrumento importante en el comienzo de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, en su propia área. ¿Cómo vamos a reemplazar estos hombres? ¿Dónde podríamos encontrar nuevos pastores con la misma dedicación? A finales de 2017, era obvio que si bien teníamos un buen programa de desarrollo de liderazgo en los Estados Unidos, necesitábamos urgentemente un nuevo programa para el entrenamiento de hombres y mujeres en áreas fuera de Estados Unidos.
Con esto en mente, en noviembre de 2017 desarrollamos un Programa de Liderazgo Internacional, con el fin de preparar el liderazgo para el futuro. El mes pasado, durante el fin de semana de abril 28-29, tuvimos nuestra tercera conferencia de liderazgo desde que comenzamos este programa en marzo. Esta vez la tuvimos en Chile, donde hubo una asistencia de 90 personas —pastores, ministros, diáconos, diaconisas, líderes y esposas de todo Sudamérica.
Lanzamos este programa con dos metas en mente: conectar cada región con la sede para promover la unidad, y para proveer entrenamiento de liderazgo para las congregaciones internacionales. ¡Es claro que esta conferencia ha tenido un éxito increíble! En nuestros primeros tres fines de semana en Guatemala, México y Chile, contamos con una asistencia de 160 hombres y mujeres que, o son líderes actuales o están siendo considerados para papeles de futuro liderazgo.
Durante nuestro viaje a Chile, Sharron y yo tuvimos también la oportunidad de visitar las congregaciones en el sur del país. Viajamos con el señor León Walker y su esposa y con el señor Saúl Langarica y su esposa. El lunes 30 de abril volamos a Puerto Montt para visitar a los miembros en esa región. El martes, tuvimos un estudio bíblico para 30 miembros en Osorno y la noche siguiente tuvimos un estudio bíblico para 60 personas en Temuco. ¡Que placer poder compartir dos noches con estos maravillosos hermanos!
Nuestra congregación en Santiago tiene una asistencia de 350 personas, pero hay 150 miembros más que asisten a las congregaciones del sur de Chile. Puerto Montt es considerado como el fin del camino de la nación de Chile. Al sur de la ciudad básicamente sólo se encuentran islas, fiordos y glaciares. De Puerto Montt viajamos 350 kilómetros al norte hasta Temuco, deteniéndonos primero en Osorno, que se encuentra a medio camino entre los dos. El clima fue un poco frío, pero disfrutamos un paisaje muy similar al de Oregón y Alaska. ¡La belleza natural es asombrosa!
Regresamos a Texas el viernes 4 de mayo, llenos de ánimo y entusiasmo. Los hermanos con los que nos reunimos son una evidencia de que hay una gran promesa para el futuro. La calidad de liderazgo y el entusiasmo por el futuro fueron una evidencia abrumadora de la salud de la Iglesia en Sudamérica.
Ahora estamos planeando nuevas conferencias y clases en todas las regiones del mundo. Planeamos ir a Filipinas/Asia, Nueva Zelanda/Australia, África del sur, África central, África francesa, Reino Unido/Europa y el Caribe. En cada sitio nuestra meta será la misma —alentar el desarrollo del liderazgo. Esperamos poder visitar todas estas regiones en los próximos 18 meses. Nuestros planes son muy ambiciosos, pero absolutamente necesarios.
Este viaje nos reafirmó nuevamente que la Iglesia de Dios está compuesta por aquellos que Dios ha llamado en todas las regiones del mundo. Vimos de primera mano el entusiasmo, el amor y la dedicación en cada congregación, entre los miembros más antiguos y entre los jóvenes. ¡Realmente fue muy inspirador!
En Juan 21 Jesucristo le dijo a Pedro “apacienta mis corderos”, “pastorea mis ovejas” y “apacienta mis ovejas”. Las relaciones edificadas en amor y respeto mutuo —esto describe la conexión entre los discípulos y Jesucristo en todo el mundo (Juan 13:35). No hay fronteras nacionales o raciales que dividan a la Iglesia de Dios. Todos somos parte de ese único cuerpo.
Por favor oren para que nuestros esfuerzos tengan éxito. En un sentido, hay una transición que está ocurriendo en la Iglesia de Dios. A medida que los líderes envejecen y se retiran o se incapacitan, debe haber otros que estén dispuestos y sean capaces de asumir nuevos roles. Estamos predicando al mundo primariamente por internet, estamos desarrollando nuevos líderes en todo el mundo para cuidar de aquellos que Dios decida llamar. Dios nos ha dado los recursos, ahora debemos utilizarlos para impulsar el evangelio sin descuidar el cuidado de los miembros.
Las noticias de todo el mundo son oscuras y no presagian nada bueno, pero las oportunidades en la Iglesia son muy animadoras. En una Biblia antigua que compré hace casi 50 años atrás cuando entré a la Institución Ambassador, escribí una frase de una de mis clases: “El resultado final de su parte en la obra de Dios depende de Dios y del poder de su Espíritu… ¡Pero trabaje cómo si todo dependiera de usted!”.
Sinceramente, su hermano en Cristo
Jim Franks