Queridos hermanos:
Ya que no tengo planeado escribirles una carta en octubre por la ocurrencia de los días santos, ésta será mi última carta antes de la Fiesta de Tabernáculos. Sharron y yo salimos el miércoles 28 de septiembre para Londres, donde celebraremos el sábado y la Fiesta de Trompetas con los miembros en Inglaterra. Regresaremos a Dallas después de Trompetas y volveremos a salir el martes siguiente para Pensacola, Florida, donde celebraremos el Día de Expiación. Desde allí manejaremos una distancia corta hasta Orange Beach para la primera parte de la Fiesta. Viajaremos después hasta San Diego, California, para el resto de la Fiesta.
Estoy dedicado a mi preparación para la Fiesta, ya tengo listos dos sermones y me faltan otros dos. Siempre he grabado una copia de seguridad de un video sermón para la Fiesta (para usar en caso de que algo salga mal en Orange Beach), que será distribuido a todos los sitios de Estados Unidos y otros lugares de habla inglesa alrededor del mundo. También va a ser traducido en español y francés para usarlo en esas regiones.
Ésta será la fiesta 54 a la que voy a asistir y probablemente la 60 que he observado (era demasiado joven para recordar la primera Fiesta que observamos). La diferencia en la cifra se debe a que mi madre estuvo asociada durante 10 años con la Iglesia de Dios de la Radio, y no teníamos congregación local, y mi padre no nos permitía viajar a Gladewater, Texas, para asistir a la Fiesta. Era muy joven y no me acuerdo mucho de esos primeros años, pero sí recuerdo que guardábamos el sábado y los días santos en nuestra casa. No había mucho que se pudiera hacer para lograr que estos días fueran especiales, pero mi madre hizo lo mejor que pudo. Ella nos enseñó a respetar el sábado y los días santos aunque sólo éramos tres los que los guardábamos en casa. Vivíamos en una granja y trabajábamos como aparceros mientras mi padre trabajaba en Memphis, Tennessee, como nuestra principal fuente de ingresos. Las labores de la granja no tenían buena paga, especialmente si usted es un aparcero, lo que implica que sólo le dan un porcentaje de la cosecha total de algodón (y era un porcentaje muy pequeño de ella).
Mis primeros recuerdos tienen que ver con la lectura que hacíamos en esos días especiales. Leíamos la Biblia, la revista The Plain Truth (La Pura Verdad), la revista The Good News (Las Buenas Noticias) y ocasionalmente un folleto. Antes de que yo supiera leer, mi madre nos leía. Así que cuando finalmente pudimos asistir a nuestra primera Fiesta en Big Sandy en 1963 (para esa época mi padre ya había venido a la Iglesia), sabíamos exactamente el significado. Y cuando el señor Herbert Armstrong preguntaba en los servicios de apertura de la Fiesta: “¿Por qué estamos aquí?”, ¡yo sabía la respuesta!
Eso fue hace 54 fiestas atrás. Me pregunto cuántos de nosotros —especialmente entre los jóvenes— podemos responder esta pregunta en la actualidad. ¿Por qué estará en la Fiesta este año? ¿Lo sabe?
Usted tal vez podrá decir, porque Dios nos ordena presentarnos, y esto sería algo cierto. En Levítico 23:1-4, se nos dice que estas son “las fiestas del Señor”. Él es el dueño. No son los festivales de los judíos, ni siquiera de los israelitas. ¡Éstas son las fiestas del Señor! Y se nos dice que son “santas convocaciones”. En hebreo la palabra traducida como santas es qodesh, que significa santificado o apartado. El desafío que enfrentan aquellos que deciden no celebrar estos días es encontrar una escritura que declare que ya no son santos, y por supuesto, no la pueden encontrar. Guardamos los siete días de fiesta cada año con certeza, sabiendo que Dios es el dueño y el que ha preservado estos días. Simplemente tenemos el privilegio de hacer lo que Él nos ha ordenado, y vamos a la Fiesta con la expectativa de estar delante de su presencia.
La palabra hebrea traducida como “convocación”, también es interesante. Es miqra y significa, según la Concordancia de Strong, “algo convocado, i.e., una reunión pública (el acto, la persona o el lugar); también un ensayo: asamblea, llamado, convocación, lectura (énfasis añadido). ¡Que palabra tan impresionante! Muchas personas pueden detenerse después de la palabra “reunión” y entender que debemos reunirnos en esos días, lo cual, por supuesto es verdad. Pero el significado completo tiene la implicación de un “ensayo”. ¿Qué estamos ensayando? Entendemos que cada año ensayamos el plan de salvación a través de los festivales, empezando con la Pascua y terminando con el Último Gran Día.
Se entiende claramente que nosotros asistimos a la Fiesta de Tabernáculos porque Dios lo ordena. Hay dos sábados especiales durante el festival (el primer día y el octavo día), que son llamados santas convocaciones (Levítico 23:35-36). Sabemos que la Fiesta es santa en sí misma en el sentido de que Dios creó un festival de siete días, seguido por una fiesta de un día, las cuales se nos ordena celebrarlas viajando al “lugar que el Eterno tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre” (Deuteronomio 14:23). A los israelitas les dijeron que debían vender su cosecha para obtener dinero a cambio “si el camino fuere tan largo” (Deuteronomio 14:24-26). Actualmente, ya que no somos una sociedad agrícola, ahorramos dinero todo el año para esta ocasión especial.
También asistimos a la Fiesta para obtener un mayor entendimiento del plan de salvación de Dios. Ensayamos este significado cada día de la Fiesta. Por medio de los mensajes, las actividades especiales y el compañerismo, aprenderemos más acerca de nosotros mismos, del plan que Dios tiene para la humanidad y de los demás. ¡Que maravillosa oportunidad va a ser ésta! No hay nada semejante en el resto del año y no hay punto de comparación con las fiestas que se celebran en la sociedad. Tomar un día de fiesta que está basado en la adoración pagana y compararla con una fiesta de Dios es algo que no tiene sentido. Aun siendo niño, sabía que prefería ir a la Fiesta en vez de celebrar Navidad.
Hermanos, quiero desearles a todos que tengan una temporada de fiestas gratificante. Recuerden que la Fiesta de Trompetas se va a celebrar el lunes 3 de octubre, y el día de Expiación el miércoles 12 de octubre. De todas las fiestas, la Fiesta de Tabernáculos es la que más anticipamos por todo lo que implica, pero no cometamos el error de pasar por alto Trompetas y Expiación, y dejemos de lado el profundo significado de estas dos fiestas. La Fiesta de Trompetas representa el regreso de Jesucristo y la resurrección de los santos, y el Día de Expiación simboliza el momento en que Satanás va a ser atado y la humanidad será reconciliada con Dios y entre sí.
Asegúrense de orar por los hermanos alrededor del mundo, en aquellos lugares donde viajar a la Fiesta es un gran desafío. Recuerden las palabras de Cristo en el modelo de oración, cuando nos pidió que oráramos para ser librados “del mal” (Mateo 6:13). Siempre tengan en mente que Satanás quiere interrumpir nuestra Fiesta. Debemos pedirle a Dios que nos proteja de su poderosa influencia.
Sinceramente espero que disfruten las próximas fiesta, sin perder de vista porqué estamos allí. ¡Es el gran ensayo del plan de salvación que Dios tiene para toda la humanidad!
Cordialmente, su hermano en Cristo
Jim Franks