“Más ¿á quién compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros, Y dicen: Os tañimos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Mas la sabiduría es justificada por sus hijos” (Mateo 11:16-19).
¿Hubiera usted podido reconocer al Mesías si hubiera tenido la oportunidad de formar parte de aquella generación? Todas las señales estaban allí para verse claramente, pero muchos no las reconocieron.